domingo, 31 de julio de 2016
viernes, 29 de julio de 2016
ARTEASUDEM POÉTICO: ORILLA ROJA
[{ARTEASUDEM POÉTICO}]
<DESPACIO>
para jovanka vaccari, siempre...
I
CON la delicada ternura de seres tímidos, tiernos
tan entrañables y en volandas aladas desenfadadas
se deseaban con vehemencia comedida
II
AÚN así un aire frío y seco entraba y se arremolinaba
enremezclando pensamientos ingratos del pasado
recuerdos sin cuento y sin ton inexplicables
con un profundo anhelo apasionado desbordado
III
FUE entonces que de pronto un torbellino de ansias imparables
una violenta ventolera de luz arrastró como un tsunami
pelos magia susurros realidad ternuras bellezas sueños horror
IV
SOLOS ahora nosotros y ese aire frio seco desconcertante
dentro de la espuma donde descansan los cantos de sus gaviotas
al vaiven de las barcas sobre los oceaanos profundos y verdaderos
y nuestras miradas cómplices junto a la orilla roja del inmenso acantalidado de vértigo mortal.
[ Lybertto Asudem . "ORILLA ROJA". Canarias- 2016].
<DESPACIO>
para jovanka vaccari, siempre...
I
CON la delicada ternura de seres tímidos, tiernos
tan entrañables y en volandas aladas desenfadadas
se deseaban con vehemencia comedida
II
AÚN así un aire frío y seco entraba y se arremolinaba
enremezclando pensamientos ingratos del pasado
recuerdos sin cuento y sin ton inexplicables
con un profundo anhelo apasionado desbordado
III
FUE entonces que de pronto un torbellino de ansias imparables
una violenta ventolera de luz arrastró como un tsunami
pelos magia susurros realidad ternuras bellezas sueños horror
IV
SOLOS ahora nosotros y ese aire frio seco desconcertante
dentro de la espuma donde descansan los cantos de sus gaviotas
al vaiven de las barcas sobre los oceaanos profundos y verdaderos
y nuestras miradas cómplices junto a la orilla roja del inmenso acantalidado de vértigo mortal.
[ Lybertto Asudem . "ORILLA ROJA". Canarias- 2016].
martes, 26 de julio de 2016
domingo, 24 de julio de 2016
sábado, 23 de julio de 2016
DE LA HISTORIA SILENCIADA
<PROCESO A LA C.N.T. 19 FUSILADOS EL 23 DE ENERO DE 1937 EN SANTA CRUZ DE TENERIFE>, de Ricardo García Lui
Especialmente dedicado al amigo Álvaro Morera, por su inusual generosidad, por su valiente ejemplo de que, a pesar de los pesares, vale la pena apostar por la Libertad, la Justicia y la Humana Dignidad, por su constante ejemplo de modestia -que no humildad- que le enseñó a saber estar en todo momento y circunstancia. Por tener siempre una palabra de aliento, de comprensión, cuando me notaba decaído, desencantado... Por todo esto y por otras muchas cosas, muchas, muchísimas gracias, amigo.
Por Lybertto Asudem*
No era la primera vez -ni, por supuesto, sería la última- que había leído un libro del profesor e historiador Ricardo García Luis. Ya sabía que durante y después de cada lectura de algún libro hasta que sucedió un especial acontecimiento- de Ricardo iría a tener que convivir con una especie de “remolino incontrolable en el centro mismo del estómago, a la altura misma del ombligo, incluso, había momentos que esa especie de remolino se convertía en una rabiosa jauría de algún animal salvaje que le dejaban una sensación física de terrible y doloroso desgarro interior...”
La primera vez que me ocurrió fue mientras leía “Vallehermoso. El fogueo. Toma de conciencia popular, resistencia y represión 1930-1942”, escrito conjuntamente con Juan Manuel Torres Vera, y que siendo un libro de historia, que podríamos englobar en lo que los estudiosos denominan dentro del género de ensayo, es de los contados libros en Canarias que cuenta con tres ediciones (Eds. 1986, 2000, 2007).
La lectura de este libro es “imprescindible” para todøs aquelløs que quieran tener Información Veraz, Auténtica, Contrastada y Rigurosa de los acontecimientos que ocurrieron en La Gomera antes de la “sublevación militar” y los años posteriores a la misma: Ricardo, con esa paciencia lúcida que le caracteriza, nos va relatando todos y cada uno de los sucesos que acontecieron en Vallehermoso en particular, y en la Gomera y en Canarias en General: y es que hasta ahora sólo teníamos la versión de los vencedores, de los que “injusta e ilegítimamente” derrocaron un Régimen, democráticamente Instaurado, y nombraron inmediatamente otro, a todas luces “ilegal, ilícito, e impuesto con la fuerza de las armas”.
Siendo esto así, “el bando vencedor” se apresuró en otorgarle “una legitimidad imposible” alegando a su favor que esta sangrante “guerra incivil” fue la única salida para “SALVAR A ESPAÑA DE LA FAUCES DEL COMUNISMO INTERNACIONAL, QUE QUERÍA IMPONER UN RÉGIMEN AUTORITARIO, SIN DIOS, SIN FAMILIA, SIN PATRIA...”
Es por esto que la ayuda “Económica” del Vaticano y de las potencias “facciosas europeas” fueron claves para que la “Victoria” final se inclinase hacia el bando “nacional”, y que el Gobierno legítimamente surgido del voto libre, secreto, quedara vergonzantemente “desamparado” y sin ninguna ayuda de las potencias supuestamente libres del mundo occidental.
La represión y la opresión de todøs løs que apoyaron al Gobierno legalmente instituido fue bestial, atroz, sangrante:
lxs que tuvieron mejor suerte pudieron exiliarse a países como Francia, Inglaterra, EEUU, y mayoritariamente a países de habla hispana, como México, Venezuela, Cuba...
***
Løs que no tuvieron tanta fortuna fueron perseguidøs, encarceladøs, torturadøs, y muchos de ellos fusiladøs en sumarísimos Consejos de Guerra sin ningún tipo de garantías, y dónde el veredicto estaba ya casi decidido antes de empezar el juicio a løs acusadøs -como este que trato aquí de “PROCESO A LA CNT. LOS 19 FUSILADOS EL 23 DE ENERO DE 1937”- por el simple “DELITO” de ser leales al Gobierno legítimamente constituido de la II República española.
Pero también hubieron muchøs desaparecidøs, canariøs que no tienen acta de defunción porque simplemente -¿no se sabe?- qué ocurrió con éstos..Sólo en Canarias se calcula que la cifra de estos misteriosamente desapareciø alcanza la cifra de 2ooo isleños... qué ocurrió con elløs, dónde están sus cuerpos... ¿acaso se volatizaron?, ¿Fueron raptados por seres extraterrestres? ¿Tuvieron combustión instantánea tdøs elløs?
Løs últimøs que løs vieron con vida dicen que no saben absolutamente nada de éstøs, que tal vez se marcharon a otro país....
Pero ¿Quienes fueron løs que “infringieron” la Ley? ¿Løs que defendían a la República o løs que la atacaron despiadadamente con las armas? Es evidente, que løs que se sublevaron en armas en contra de la República, fueron løs que estaban cometiendo un gravísimo delito contra el Régimen legalmente instituido. Pero la Historia siempre la escriben los vencedores. Y los vencedores fueron en este caso los que TRAICIONARON al Gobierno que JURARON defender... Y así fue como España entró en una etapa de oscurantismo, de perversidad, de infamia al acabar con todo tipo de proyectos, ilusiones, sueños, que defendían los que apoyaban al Gobierno de la II República.
***
La segunda vez que empecé a leer un nuevo libro de Ricardo García Luis, sabía que más pronto que tarde empezaría a sentir esa sensación de insufrible desasosiego, de desesperante ansiedad - antes de coger el libro “La justicia de los rebeldes. Los fusilados en Santa Cruz de Tenerife 1936-1940” (Ed. 1994) - pensó que tal vez una infusión de tila (echó tres cucharas soperas bien colmadas en el agua hirviendo y la dejó reposar cinco minutos, antes de colarla y endulzarla con miel de palma)- aliviarían ese doloroso desgarro interior, mitigarían estos remolinos de sensaciones inquietantes, esas espirales de emociones que lo violentaban indeciblemente.
Por más que hiciera por no identificarse entrañablemente con las terribles historias que iba leyendo, muchas veces estas le absorbían de tal manera que tenía que abandonar su lectura e impotente coger cualquier otro libro, generalmente de poesía, hasta que volvía a su habitual estado de serenidad, de lucidez, de comedida y estudiada tranquilidad.... solo entonces se sentía de nuevo con fuerzas para retomar la lectura por donde la había dejado...
(“Esto no es nada comparado con lo que tuvieron que pasar aquellos hombres y mujeres –pensó de repente cuando se disponía a comenzar la lectura de nuevo- para que un aciago día, con todos los hermosos y lindos ideales que se habían forjado, de repente se encontraran frente a un pelotón de fusilamiento siendo todavía unøs muchøs llenos de vida, pletóricøs de sueños maravillosos. Hoy sí que no van a poder conmigo; a partir de ahora van a tener que alimentarse de otro estómago, porque me niego a que entren en mí como si tal cosa...”)
Ese fue el principio del fin de aquellas emociones que lo paralizaban y lo dejaban traspuesto. Desde entonces su relación con los libros de Ricardo se fue haciendo más fría, calculadora, distante... Hasta ese momento no se lo había planteado como lo había hecho ese día: “no sólo se trataba de saber qué ocurrió, porqué, a quienes condenaron y quienes fueron los responsables de aquellas tropelías, de aquellos abusos criminales para limpiar su honra y su honor: la cuestión principal era cómo hacer para desenmascarar, para condenar a los descendientes ideológicos de aquel cruento régimen, a aquellos que para seguir perpetuándose en el poder tuvieron que hacer el paripé y un muy sutil cambio de imagen para continuar instalados en los principales centros de poder sin levantar excesivas sospechas, sin llamar mucho la atención, intentando por todos los medios pasar desapercibidos, y marcando una “creíble” distancia, con los “elementos” más radicales, más abiertamente nostálgicos con el Antiguo Régimen...
Cada vez estoy más convencido de que tras la muerte del dictador en su cama, al que éste había nombrado como legítimo? Sucesor de su innombrable régimen, al príncipe Juan Carlos, le habían aconsejado que con los tiempos que corrían era más conveniente para su seguridad, su continuidad al frente de la Jefatura del Estado, que se decantara por instaurar una monarquía parlamentaria, basada en un sistema democrático y la alternancia de partidos, según el voto popular...
A decir verdad no tuvo elección si quería seguir en el trono: estaba claro que si no hubiese seguido aquellos “sabios” consejos, probablemente en España se hubiese impuesto la III República...
Sin embargo para él, lo más importante es que a partir de la lectura de su segundo libro “La justicia de los rebeldes. Los fusilados en Santa Cruz de Tenerife. 1936-1940”, era que ya no iría a sentir más aquellas sensaciones que lo dejaban traspuesto, paralizado, y sufriendo aquel “terrible y doloroso desgarro interior”... y así poner los ojos en lo verdaderamente importante: en el AQUÍ Y AHORA... en qué había de cierto en aquello de que el “Régimen” había dejado “todo atado y bien atado...”
*José Almeida Afonso ARTEJEVEZ. LA ALDEA. CANARIAS.
viernes, 22 de julio de 2016
ARTEASUDEM DE LA POETICA DE
Liberto[1]
Que no canten victoria los vencedores despiadados
que no la canten victoriosos con la pus en sus ojos
ensangrentados en sus odiosas gargantas resecas
en sus malditos codiciosos afanes imperialistas
que no la canten porque suya también es la derrota
porque suyos son también los muertos putrefactos
suyos son los niños reventados
suyas también las mujeres mutiladas
las esbeltas mujeres sin rostro y sin vientre.
*
Que no canten victoria los victoriosos despreciables
ahogando sus dichas en pesadillas de aullidos
desgarrados los vencedores brutales.
*
Que no canten victoria, que no canten nada
los feroces asesinos de las almas de los niños
de los niños reventados de las mujeres mutiladas.
Que no canten victoria porque suya también es la
derrota.
Islamabad
Liberto[2]
Siento que aunque estés lejos,
tu dolor es mi dolor,
tu miseria, la mía,
tu rabia contenida,
tu desbordada impotencia,
la de muchos que conozco bien.
Sí. Ya lo sé. me podrás decir entonces,
palabras, sólo palabras para, tal vez,
tranquilizar tu ya podrida conciencia,
tus ya asqueados y putrefactos pensamientos,
tus agotados ya e inútiles argumentos
tu vergonzante e incomprensible inacción,
tu más que imperdonable parálisis permanente.
No. No tienes nada que ofrecerme. ¿Sólo palabras?
No, gracias. Ahórrate el tiempo si piensas, si sientes
que mi dolor es tu dolor.
Que mi miseria, la tuya.
Que mi rabia y mi impotencia la de muchos que dices conocer.
Y aunque yo vivo y muero en Islamabad, no olvides,
no olvides nunca que no sólo de palabras podemos sobrevivir en Islamabad.
Que no canten victoria los vencedores despiadados
que no la canten victoriosos con la pus en sus ojos
ensangrentados en sus odiosas gargantas resecas
en sus malditos codiciosos afanes imperialistas
que no la canten porque suya también es la derrota
porque suyos son también los muertos putrefactos
suyos son los niños reventados
suyas también las mujeres mutiladas
las esbeltas mujeres sin rostro y sin vientre.
*
Que no canten victoria los victoriosos despreciables
ahogando sus dichas en pesadillas de aullidos
desgarrados los vencedores brutales.
*
Que no canten victoria, que no canten nada
los feroces asesinos de las almas de los niños
de los niños reventados de las mujeres mutiladas.
Que no canten victoria porque suya también es la
derrota.
Siento que aunque estés lejos,
tu dolor es mi dolor,
tu miseria, la mía,
tu rabia contenida,
tu desbordada impotencia,
la de muchos que conozco bien.
Sí. Ya lo sé. me podrás decir entonces,
palabras, sólo palabras para, tal vez,
tranquilizar tu ya podrida conciencia,
tus ya asqueados y putrefactos pensamientos,
tus agotados ya e inútiles argumentos
tu vergonzante e incomprensible inacción,
tu más que imperdonable parálisis permanente.
No. No tienes nada que ofrecerme. ¿Sólo palabras?
No, gracias. Ahórrate el tiempo si piensas, si sientes
que mi dolor es tu dolor.
Que mi miseria, la tuya.
Que mi rabia y mi impotencia la de muchos que dices conocer.
Y aunque yo vivo y muero en Islamabad, no olvides,
no olvides nunca que no sólo de palabras podemos sobrevivir en Islamabad.
jueves, 21 de julio de 2016
[ARTEASUDEM POR UN PERIODISMO HONESTO] (1)
EL OJO DEL PERIODISTA O LA IMPOSIBLE OBJETIVIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
"No ya mensajes, hay mensajeros, así como el amor es el que ama". [Julio Cortázar]
"El propio hecho de la observación altera al observador y a lo observado" . [Heisemberg]
La cuestión de la existencia o no de la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no es nueva. Muchos han sido los autores que han teorizado sobre este aspecto tan delicado y complejo a la vez, como lo es el grado de objetividad o subjetividad que contienen las informaciones que transmiten los medios de comunicación: radios, televisiones, periódicos y la, ahora cada vez más extendida, internet.
Mientras unos afirman que la objetividad es posible o que es una meta deseable y alcanzable, otros, en cambio, dudan que pueda darse, llegando incluso a negar su existencia. No pongo en duda que los defensores de una u otra postura han realizado análisis rigurosos para llegar a esas distintas y distantes conclusiones. Y es aquí, en el punto de vista donde siempre surge la diferencia, la subjetividad.
La compleja realidad
Todos sabemos que la materia prima con la que trabaja el periodista, es decir, la realidad, no se deja moldear, ni definir fácilmente; si a esto añadimos que la herramienta para desentrañar y diseccionar esa realidad es el lenguaje, y éste es muchas veces ambiguo, impreciso y se puede prestar a muchas y diversas interpretaciones, podemos llegar a la conclusión de que es muy arriesgado aventurarse en grandes y, casi siempre, perversamente ingenuas teorías sobre la objetividad en los medios de comunicación de masas.
Sin embargo, veamos algunas de estas teorías. La primera definición que vamos a ver es la que nos ofrece Bernarda Boyen. Para este autor la objetividad es "un acto de la inteligencia por medio del cual construimos en el mundo exterior objetos delimitados, estables, que tienen una existencia independiente de la nuestra, y por eso podemos hacer comparaciones entre ellos". Si esto es la objetividad, ser objetivo para Boyen es "publicar de igual forma lo que se desaprueba que lo que se ama, mostrarse más severo con sus amigos que para con los adversarios, no alterar un texto, sobre todo para extraer un argumento, indicar como probable lo que es probable y dudoso lo que parece dudoso, comprobar fuente por fuente, trabajar diez horas para establecer un detalle esencial y no publicar nada hasta que se halla encontrado, criticar sin piedad un testimonio, sea quien sea su autor, hacer frente a los poderosos cueste lo que cueste, porque nada es tan poderoso como la verdad". Visto lo anterior, no hace falta mucho esfuerzo para comprender qué difícil -casi imposible, diría yo- es llevarlo a la práctica cotidiana en el ejercicio de la profesión periodística.
Códigos de ética periodística
Veamos ahora algunas definiciones que nos aportan varios códigos de ética profesional del periodista. El código de Bélgica, dice, por ejemplo, que objetividad es "una actitud moral profesional que el periodista tiene el deber de reflejar al informar sobre los hechos y pensamientos de otro".
A su vez, la carta del periodista canadiense, refiriéndose a la objetividad dice: "luchar por la objetividad, esto es, procurar revelar todos los hechos de una situación dada, todas las opiniones de un determinado asunto, todos los particulares de un problema". Aquí seguimos observando lo tremendamente complejo de este asunto nada baladí y la inmensa dificultad -¿imposibilidad?- de llevarlo a la práctica real, diaria.
Estas serían algunas definiciones de aquellos que mantienen que la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no sólo es deseable, sino alcanzable y un ineludible imperativo. Sin embargo, como decía anteriormente, también existen autores que no sólo dudan sobre su puesta en práctica sino que, incluso, cuestionan su existencia.
La imposible objetividad de los medios de omunicación de asas
Según el escritor y periodista Emmanuel Lizcano "hay que desechar la hipócrita pretensión de objetividad y la mentirosa división de los géneros en informativos e interpretativos, asumiendo la ineludible, y convincente, subjetividad de un lenguaje que debe tanto informar, interpretar y comentar, como valorar, profundizar, criticar y sugerir".
Con esta contundente posición entramos de lleno en el tema de la negación de la objetividad, de su puesta en tela de juicio. Esta negación se sustenta, desde mi punto de vista, claro, en la cuestión de que en todas las facetas de la vida o de la realidad, cada una se inclina -incluso en el ámbito inconsciente- por unos aspectos o por otros, según se vea y según los datos que se manejan de esa vida o de esa realidad.
En esta elección llegan a influir multitud de factores: educación, creencias, nivel cultural, estatus social, etc., - e, incluso algunos que no llegamos a delimitar o definir de manera más o menos consciente; y esto nos lleva, ciertamente, a pensar que vivimos en un estado de permanente subjetividad.
Siguiendo en esta línea de trabajo, el reconocido periodista Peter Raymont afirma tajante que "no existe la objetividad. Todo el mundo tiene un punto de vista". Para sustentar esta teoría Raymont realizó un documental sobre el qué, quiénes y cómo se fabrican las noticias para los grandes medios de comunicación. Como muy bien apunta Rosas Alvarez Berciano, el tópico de la información como "ventana abierta al mundo", queda bastante mal parado en este excelente documental canadiense.
El documental que se titula "The Wordl is Waching", parte de las negociaciones de paz llevadas a cabo por Óscar Arias en Nicaragua en noviembre de 1987 y la cobertura ofrecida por los corresponsales de los grandes medios de todo el mundo. A partir de aquí, Peter Raymont y Harold Crooks van lanzando interrogantes en torno a los métodos de producción de las noticias y cómo éstas son manejadas después por los grandes medios.
Mientras Raymont va filmando, tratando de informar sobre los que informan, los periodistas comentan la situación y examinan y autocritican su trabajo. Uno de los corresponsales televisivos afirma que "un acontecimiento puede tener mayor o menor repercusión mundial dependiendo a la hora que se produzca, a tiempo o no de salir en el telediario de la noche, sometido también, como el resto de la programación televisiva, a las leyes del espectáculo".
Cuestiones elementales
Llegados a este punto, se empieza entender un poco mejor porqué es tan difícil ser objetivos, es decir, cuando nos preguntamos sobre quién decide lo que es noticia, quiénes son los periodistas supuestamente capacitados para ser testigos de primera fila, cómo es tratado ese material recogido sobre el terreno… son cuestiones elementales que nos deberían llevar a pensar detenidamente sobre las dificultades para transmitir fielmente lo que ocurre y por qué ocurre en toda su dimensión, en toda su profundidad.
Por otro lado, en este documental se reflejan los trucos que hay que utilizar para "inventar" la realidad de forma coherente, como el mensaje que se quiere transmitir.
Las palabras: etiquetas imperfectas de la realidad
A nadie se le escapa, por otro lado, que las palabras son etiquetas imperfectas de la realidad, y que el lenguaje es, en muchos casos, un obstáculo entre la realidad y el mundo más profundo, así, con todas estas cuestiones de valor y juicio, no se puede hablar ni seria, ni rigurosamente de una total y absoluta objetividad en el ejercicio de la profesión periodística.
"No ya mensajes, hay mensajeros, así como el amor es el que ama". [Julio Cortázar]
"El propio hecho de la observación altera al observador y a lo observado" . [Heisemberg]
La cuestión de la existencia o no de la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no es nueva. Muchos han sido los autores que han teorizado sobre este aspecto tan delicado y complejo a la vez, como lo es el grado de objetividad o subjetividad que contienen las informaciones que transmiten los medios de comunicación: radios, televisiones, periódicos y la, ahora cada vez más extendida, internet.
Mientras unos afirman que la objetividad es posible o que es una meta deseable y alcanzable, otros, en cambio, dudan que pueda darse, llegando incluso a negar su existencia. No pongo en duda que los defensores de una u otra postura han realizado análisis rigurosos para llegar a esas distintas y distantes conclusiones. Y es aquí, en el punto de vista donde siempre surge la diferencia, la subjetividad.
La compleja realidad
Todos sabemos que la materia prima con la que trabaja el periodista, es decir, la realidad, no se deja moldear, ni definir fácilmente; si a esto añadimos que la herramienta para desentrañar y diseccionar esa realidad es el lenguaje, y éste es muchas veces ambiguo, impreciso y se puede prestar a muchas y diversas interpretaciones, podemos llegar a la conclusión de que es muy arriesgado aventurarse en grandes y, casi siempre, perversamente ingenuas teorías sobre la objetividad en los medios de comunicación de masas.
Sin embargo, veamos algunas de estas teorías. La primera definición que vamos a ver es la que nos ofrece Bernarda Boyen. Para este autor la objetividad es "un acto de la inteligencia por medio del cual construimos en el mundo exterior objetos delimitados, estables, que tienen una existencia independiente de la nuestra, y por eso podemos hacer comparaciones entre ellos". Si esto es la objetividad, ser objetivo para Boyen es "publicar de igual forma lo que se desaprueba que lo que se ama, mostrarse más severo con sus amigos que para con los adversarios, no alterar un texto, sobre todo para extraer un argumento, indicar como probable lo que es probable y dudoso lo que parece dudoso, comprobar fuente por fuente, trabajar diez horas para establecer un detalle esencial y no publicar nada hasta que se halla encontrado, criticar sin piedad un testimonio, sea quien sea su autor, hacer frente a los poderosos cueste lo que cueste, porque nada es tan poderoso como la verdad". Visto lo anterior, no hace falta mucho esfuerzo para comprender qué difícil -casi imposible, diría yo- es llevarlo a la práctica cotidiana en el ejercicio de la profesión periodística.
Códigos de ética periodística
Veamos ahora algunas definiciones que nos aportan varios códigos de ética profesional del periodista. El código de Bélgica, dice, por ejemplo, que objetividad es "una actitud moral profesional que el periodista tiene el deber de reflejar al informar sobre los hechos y pensamientos de otro".
A su vez, la carta del periodista canadiense, refiriéndose a la objetividad dice: "luchar por la objetividad, esto es, procurar revelar todos los hechos de una situación dada, todas las opiniones de un determinado asunto, todos los particulares de un problema". Aquí seguimos observando lo tremendamente complejo de este asunto nada baladí y la inmensa dificultad -¿imposibilidad?- de llevarlo a la práctica real, diaria.
Estas serían algunas definiciones de aquellos que mantienen que la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no sólo es deseable, sino alcanzable y un ineludible imperativo. Sin embargo, como decía anteriormente, también existen autores que no sólo dudan sobre su puesta en práctica sino que, incluso, cuestionan su existencia.
La imposible objetividad de los medios de omunicación de asas
Según el escritor y periodista Emmanuel Lizcano "hay que desechar la hipócrita pretensión de objetividad y la mentirosa división de los géneros en informativos e interpretativos, asumiendo la ineludible, y convincente, subjetividad de un lenguaje que debe tanto informar, interpretar y comentar, como valorar, profundizar, criticar y sugerir".
Con esta contundente posición entramos de lleno en el tema de la negación de la objetividad, de su puesta en tela de juicio. Esta negación se sustenta, desde mi punto de vista, claro, en la cuestión de que en todas las facetas de la vida o de la realidad, cada una se inclina -incluso en el ámbito inconsciente- por unos aspectos o por otros, según se vea y según los datos que se manejan de esa vida o de esa realidad.
En esta elección llegan a influir multitud de factores: educación, creencias, nivel cultural, estatus social, etc., - e, incluso algunos que no llegamos a delimitar o definir de manera más o menos consciente; y esto nos lleva, ciertamente, a pensar que vivimos en un estado de permanente subjetividad.
Siguiendo en esta línea de trabajo, el reconocido periodista Peter Raymont afirma tajante que "no existe la objetividad. Todo el mundo tiene un punto de vista". Para sustentar esta teoría Raymont realizó un documental sobre el qué, quiénes y cómo se fabrican las noticias para los grandes medios de comunicación. Como muy bien apunta Rosas Alvarez Berciano, el tópico de la información como "ventana abierta al mundo", queda bastante mal parado en este excelente documental canadiense.
El documental que se titula "The Wordl is Waching", parte de las negociaciones de paz llevadas a cabo por Óscar Arias en Nicaragua en noviembre de 1987 y la cobertura ofrecida por los corresponsales de los grandes medios de todo el mundo. A partir de aquí, Peter Raymont y Harold Crooks van lanzando interrogantes en torno a los métodos de producción de las noticias y cómo éstas son manejadas después por los grandes medios.
Mientras Raymont va filmando, tratando de informar sobre los que informan, los periodistas comentan la situación y examinan y autocritican su trabajo. Uno de los corresponsales televisivos afirma que "un acontecimiento puede tener mayor o menor repercusión mundial dependiendo a la hora que se produzca, a tiempo o no de salir en el telediario de la noche, sometido también, como el resto de la programación televisiva, a las leyes del espectáculo".
Cuestiones elementales
Llegados a este punto, se empieza entender un poco mejor porqué es tan difícil ser objetivos, es decir, cuando nos preguntamos sobre quién decide lo que es noticia, quiénes son los periodistas supuestamente capacitados para ser testigos de primera fila, cómo es tratado ese material recogido sobre el terreno… son cuestiones elementales que nos deberían llevar a pensar detenidamente sobre las dificultades para transmitir fielmente lo que ocurre y por qué ocurre en toda su dimensión, en toda su profundidad.
Por otro lado, en este documental se reflejan los trucos que hay que utilizar para "inventar" la realidad de forma coherente, como el mensaje que se quiere transmitir.
Las palabras: etiquetas imperfectas de la realidad
A nadie se le escapa, por otro lado, que las palabras son etiquetas imperfectas de la realidad, y que el lenguaje es, en muchos casos, un obstáculo entre la realidad y el mundo más profundo, así, con todas estas cuestiones de valor y juicio, no se puede hablar ni seria, ni rigurosamente de una total y absoluta objetividad en el ejercicio de la profesión periodística.
"El propio hecho de la observación altera al observador y a lo observado" . [Heisemberg]
La cuestión de la existencia o no de la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no es nueva. Muchos han sido los autores que han teorizado sobre este aspecto tan delicado y complejo a la vez, como lo es el grado de objetividad o subjetividad que contienen las informaciones que transmiten los medios de comunicación: radios, televisiones, periódicos y la, ahora cada vez más extendida, internet.
Mientras unos afirman que la objetividad es posible o que es una meta deseable y alcanzable, otros, en cambio, dudan que pueda darse, llegando incluso a negar su existencia. No pongo en duda que los defensores de una u otra postura han realizado análisis rigurosos para llegar a esas distintas y distantes conclusiones. Y es aquí, en el punto de vista donde siempre surge la diferencia, la subjetividad.
La compleja realidad
Todos sabemos que la materia prima con la que trabaja el periodista, es decir, la realidad, no se deja moldear, ni definir fácilmente; si a esto añadimos que la herramienta para desentrañar y diseccionar esa realidad es el lenguaje, y éste es muchas veces ambiguo, impreciso y se puede prestar a muchas y diversas interpretaciones, podemos llegar a la conclusión de que es muy arriesgado aventurarse en grandes y, casi siempre, perversamente ingenuas teorías sobre la objetividad en los medios de comunicación de masas.
Sin embargo, veamos algunas de estas teorías. La primera definición que vamos a ver es la que nos ofrece Bernarda Boyen. Para este autor la objetividad es "un acto de la inteligencia por medio del cual construimos en el mundo exterior objetos delimitados, estables, que tienen una existencia independiente de la nuestra, y por eso podemos hacer comparaciones entre ellos". Si esto es la objetividad, ser objetivo para Boyen es "publicar de igual forma lo que se desaprueba que lo que se ama, mostrarse más severo con sus amigos que para con los adversarios, no alterar un texto, sobre todo para extraer un argumento, indicar como probable lo que es probable y dudoso lo que parece dudoso, comprobar fuente por fuente, trabajar diez horas para establecer un detalle esencial y no publicar nada hasta que se halla encontrado, criticar sin piedad un testimonio, sea quien sea su autor, hacer frente a los poderosos cueste lo que cueste, porque nada es tan poderoso como la verdad". Visto lo anterior, no hace falta mucho esfuerzo para comprender qué difícil -casi imposible, diría yo- es llevarlo a la práctica cotidiana en el ejercicio de la profesión periodística.
Códigos de ética periodística
Veamos ahora algunas definiciones que nos aportan varios códigos de ética profesional del periodista. El código de Bélgica, dice, por ejemplo, que objetividad es "una actitud moral profesional que el periodista tiene el deber de reflejar al informar sobre los hechos y pensamientos de otro".
A su vez, la carta del periodista canadiense, refiriéndose a la objetividad dice: "luchar por la objetividad, esto es, procurar revelar todos los hechos de una situación dada, todas las opiniones de un determinado asunto, todos los particulares de un problema". Aquí seguimos observando lo tremendamente complejo de este asunto nada baladí y la inmensa dificultad -¿imposibilidad?- de llevarlo a la práctica real, diaria.
Estas serían algunas definiciones de aquellos que mantienen que la objetividad en el ejercicio de la profesión periodística no sólo es deseable, sino alcanzable y un ineludible imperativo. Sin embargo, como decía anteriormente, también existen autores que no sólo dudan sobre su puesta en práctica sino que, incluso, cuestionan su existencia.
La imposible objetividad de los medios de omunicación de asas
Según el escritor y periodista Emmanuel Lizcano "hay que desechar la hipócrita pretensión de objetividad y la mentirosa división de los géneros en informativos e interpretativos, asumiendo la ineludible, y convincente, subjetividad de un lenguaje que debe tanto informar, interpretar y comentar, como valorar, profundizar, criticar y sugerir".
Con esta contundente posición entramos de lleno en el tema de la negación de la objetividad, de su puesta en tela de juicio. Esta negación se sustenta, desde mi punto de vista, claro, en la cuestión de que en todas las facetas de la vida o de la realidad, cada una se inclina -incluso en el ámbito inconsciente- por unos aspectos o por otros, según se vea y según los datos que se manejan de esa vida o de esa realidad.
En esta elección llegan a influir multitud de factores: educación, creencias, nivel cultural, estatus social, etc., - e, incluso algunos que no llegamos a delimitar o definir de manera más o menos consciente; y esto nos lleva, ciertamente, a pensar que vivimos en un estado de permanente subjetividad.
Siguiendo en esta línea de trabajo, el reconocido periodista Peter Raymont afirma tajante que "no existe la objetividad. Todo el mundo tiene un punto de vista". Para sustentar esta teoría Raymont realizó un documental sobre el qué, quiénes y cómo se fabrican las noticias para los grandes medios de comunicación. Como muy bien apunta Rosas Alvarez Berciano, el tópico de la información como "ventana abierta al mundo", queda bastante mal parado en este excelente documental canadiense.
El documental que se titula "The Wordl is Waching", parte de las negociaciones de paz llevadas a cabo por Óscar Arias en Nicaragua en noviembre de 1987 y la cobertura ofrecida por los corresponsales de los grandes medios de todo el mundo. A partir de aquí, Peter Raymont y Harold Crooks van lanzando interrogantes en torno a los métodos de producción de las noticias y cómo éstas son manejadas después por los grandes medios.
Mientras Raymont va filmando, tratando de informar sobre los que informan, los periodistas comentan la situación y examinan y autocritican su trabajo. Uno de los corresponsales televisivos afirma que "un acontecimiento puede tener mayor o menor repercusión mundial dependiendo a la hora que se produzca, a tiempo o no de salir en el telediario de la noche, sometido también, como el resto de la programación televisiva, a las leyes del espectáculo".
Cuestiones elementales
Llegados a este punto, se empieza entender un poco mejor porqué es tan difícil ser objetivos, es decir, cuando nos preguntamos sobre quién decide lo que es noticia, quiénes son los periodistas supuestamente capacitados para ser testigos de primera fila, cómo es tratado ese material recogido sobre el terreno… son cuestiones elementales que nos deberían llevar a pensar detenidamente sobre las dificultades para transmitir fielmente lo que ocurre y por qué ocurre en toda su dimensión, en toda su profundidad.
Por otro lado, en este documental se reflejan los trucos que hay que utilizar para "inventar" la realidad de forma coherente, como el mensaje que se quiere transmitir.
Las palabras: etiquetas imperfectas de la realidad
A nadie se le escapa, por otro lado, que las palabras son etiquetas imperfectas de la realidad, y que el lenguaje es, en muchos casos, un obstáculo entre la realidad y el mundo más profundo, así, con todas estas cuestiones de valor y juicio, no se puede hablar ni seria, ni rigurosamente de una total y absoluta objetividad en el ejercicio de la profesión periodística.
domingo, 10 de julio de 2016
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