miércoles, 11 de mayo de 2016

POESIA Y REVOLUCIÓN

Poesía y revolución
El grito de libertad está lanzado al mundo
Jose Almeida Afonso
En la primera entrega de esta serie de apuntes sobre la escritura habíamos convenido que la
literatura es un hecho solidario desde la soledad creativa y que crear arte es ya en sí un acto
de rebeldía, de insumisión, independientemente de su intención o contenido manifiesto, y que
por este motivo comprenderíamos la ingente tarea que sería el hacer una antología de la
poesía canaria de la rebeldía o de la insumisión.
También decía que sin embargo, si nos detenemos y nos fijamos en el contenido concreto de la
poesía, en la particular intención de rebeldía, de insumisión, de una determinada denuncia de
una situación de opresión o de injusticia en la que pone los ojos el poeta, y si nos paramos,
además, en el ideario de acción de la vida cotidiana de esos autores, la nómina ya sería un
poco más reducida y es a ésta, precisamente, donde quiero dirigir ahora la mirada, mi atención.
Quiero insistir en que Profesores, críticos y escritores, no sólo españoles, sino también incluso
de otros países -como el italiano Danilo Manera, el senegalés Hadji Amdou Ndoye, el
onubense pero afincado en Alemania Ricardo Bada, el chileno Luis Sepúlveda, el colombiano
Álvaro Mutis (padre literario del escritor Gabriel García Marques según ha confesado éste en
alguna ocasión), o el poeta español y premio Nobel Vicente Aleixandre, entre otros tantos- han
reconocido la altura literaria, la originalidad y autenticidad, la ‘distintidad’, tanto en la narrativa,
como en la creación poética.
Los poetas en los que yo fijo mi mirada, no sólo escribieron una poesía rotunda, abiertamente
insumisa, rebelde, contestataria, sino que además unos fueron perseguidos, silenciados, otros
serían detenidos, encarcelados, vejados y humillados, variostuvieron que exiliarse, y hasta
alguno fue asesinado vil, violentamente.
Los poetas a los que dirijo mi mirada sobresalen, no sólo en el aspecto formal, sino que
también han destacado por el hecho de que se han ocupado y preocupado por denunciar las
viles tropelías e injusticias y apostando siempre por la libertad y la dignidad del ser humano,
uniendo así, ética y estética en un mismo aliento creativo.
Estos elementos -la unión de ética y estética en un mismo anhelo creativo, en un mismo afán
poético- son los que le confieren a una obra literaria su valor, su originalidad, su autenticidad,
su distintidad. Y estas son las principales constantes vitales que han conseguido conjugar y
desarrollar una gran parte de los poetas canarios, una importante producción de la Literatura -
la Insumisión Poética Canaria- que se ha creado en estos terriblemente encantadores
Atlánticos peñascos africanos.
En esta especie de "Apuntes para una antología de la Insumisión Poética Canaria" trataremos,
algo más extensamente, la vida y la obra de cada uno de estos poetas insumisos canarios: y el
primero elegido -sin ningún tipo de cronología- es la de Secundino Delgado Rodríguez,
considerado el padre del Nacionalismo Canario.
Secundino Delgado Rodríguez (Añaza, 1867-1912) es uno de los que más sufrirían en carne y
en espíritu la cerrazón y el oscurantismo del sistema opresor e injusto de la España de finales
del siglo diecinueve y principios del veinte.
Secundino Delgado Rodríguez, que escribió una poesía claramente insumisa, rebelde,
resultado del sentimiento que le producía ver a su Patria sometida a un aniquilador y
despiadado poder invasor, a sus gentes sumisas,ignorantadas y condenadas a la miseria más
cruel y espantosa.
La poesía de éste es un grito de labrada rabia indómita, un clamor de odio mortal contra la
infame tiranía, un desesperado canto de truncada libertad.
En su emigración por tierras americanas, concretamente en Caracas (Venezuela), y en
colaboración con José Esteban Guerra Zerpa,funda El Guanche, que ve la luz el 18 de
noviembre 1897, y se convierte en la primera publicación que propugna abiertamente la
independencia de las Islas Canarias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario